Mi sueño de conocer Grecia comenzó hace muchos años, cuando vi la película Yo amo a Shirley Valentine, donde una mujer que soñaba conocer ese país; cuando una amiga la invita, ella realiza su primer acto de amor para consigo misma: deja todo y viaja a cumplir su sueño.
Y yo quería estar allí, sentada frente al mar Egeo en una pequeña mesa, con una copa de vino griego; un día lo soñé y hace poco más de una semana estuve en ese lugar donde soñé estar, en una pequeña playa frente al mar Egeo viendo uno de los atardeceres más hermosos de mi vida, por supuesto con una copa de vino griego.
Y te aseguro que viajar fue un acto de amor hacia mí, porque, luego de dejarme siempre en el último lugar y comprender que eso no era bueno, comencé a amarme; mi autoestima creció y mi nivel de merecimiento también.
En mi álbum de mis sueños había una foto recortada de una revista que para mí significaba Grecia, por sus carácterísticas, pero la verdad, en el momento que la recorté no tenía idea que era un templo de Erecteón, la parte de atrás del templo donde se encuentras las famosas Cariátides, en la acrópolis de atenas, en el lado norte de la misma, donde también se encuentra el imponente Partenón.
Subiendo una gran escalera en la cima de un monte se encuentra ese espacio desde donbde los griegos dirigían al mundo antiguo.
Cuando estuve allí, mi prima me sacó esta foto, a la vuelta me di cuenta que coincidía con la que había visto tantas veces en mi álbum. Los sueños se hacen realidad, así que si quieres estar en un lugar, procura tener esa foto en tu álbum, la mente graba en imágenes es el primer paso para que tus sueños se cumplan.
No podés visitar Grecia y no pasar por sus hermosas islas, en nuestro viaje, una de las que elegimos fue Myconos, bella por donde la mires con sus casas blancas con puertas, ventanas y techos azules, una playa de aguas celestes y sus callecitas, que te llevan a restaurantes llenos de frutos de mar frescos y su noche llena de música y alegría. Fue una hermosa experiencia, caminar a la orilla del mar, en hermosos días soleados de septiembre.
La otra isla elegida fue Santorini, una isla de origen volcánico, cuando llegamos a nuestro hotel de Oia, en la parte superior de la isla, nos quedamos allí, las dos copas de vino con las que nos recibieron y la maravillosa vista desde las alturas, nos atrapó. Si vas a viajar por allí regálate aunque sea una noche porque todos merecemos disfrutar de un atardecer maravilloso como éste.